La vivienda responde a las necesidades de los propietarios, que querían un hogar espacioso en pleno centro urbano.
Al reorganizar la distribución se ha otorgado todo el protagonismo a una zona de día donde los tabiques han sido eliminados por completo, dando lugar a un único espacio integrado que engloba la sala de estar, el comedor y la cocina, inundados por una impresionante luz natural.
En este espacio diáfano destaca una imponente encimera a medida de 3 metros de longitud, que se erige como elemento central y protagonista.
Las tonalidades neutras, las líneas limpias y un pavimento de madera natural de roble generan una armonía visual que transmite sencillez, calidez y elegancia.